La diputada Cinthia Segovia Colunga, presidenta de la Mesa Directiva del Congreso local, hizo un llamado a las autoridades de todos los niveles de gobierno, a sumarse a una estrategia integral, interinstitucional, multidisciplinaria y transversal, para coordinar esfuerzos que permitan prevenir, mitigar, enfrentar y erradicar las violencias contra las mujeres en San Luis Potosí.
Además, a incrementar de forma paralela, las fortalezas, la equidad de género y sobre todo la resiliencia ante el incremento de la violencia contra las mujeres.
“En coordinación y junto al Poder Ejecutivo, próximamente estaremos trabajando en torno a esta propuesta, a fin de integrar y sumar actores, estrategias, programas y acciones y tener resultados en el menor tiempo posible, en donde todas y todos pongamos nuestro esfuerzo y capacidades para lograrlo”.
Dijo que no se puede permitir ni silenciar el maltrato a las mujeres, porque eso aumenta la victimización y agrava los efectos de la violencia.
“Debemos lograr que cada mujer que tenga el valor de denunciar un hecho de violencia de cualquier tipo, esté acompañada por quienes tenemos la responsabilidad y el interés en que se haga justicia, y se castigue tanto al o a los responsables de esas violencias, como a la inacción, desinterés o indiferencia de las autoridades cualquiera que sea su nivel de responsabilidad, por acción u omisión en el caso”.
Al participar en la entrega del Reconocimiento “Potosina del Año”, la legisladora Segovia Colunga señaló que particularmente en nuestro país, según datos del INEGI en el año 2021, el 70.1% de las mujeres de 15 años y más, experimentaron al menos un incidente de violencia de cualquier tipo a lo largo de su vida.
Señaló que de acuerdo a António Guterres, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, (ONU), la violencia contra las mujeres y las niñas es la violación de los derechos humanos más extendida en todo el mundo, ya que cada once minutos muere una mujer o una niña a manos de su pareja íntima o de algún miembro de su familia; además, las crisis que nos aquejan, como el COVID-19 o las perturbaciones económicas, no hacen más que aumentar las agresiones físicas, verbales y psicológicas, el discurso de odio misógino, el acoso sexual, la pornografía de venganza, el ciber acoso y la coerción sexual, entre muchas otras violencias por parte de los depredadores.