"La inflación va a todo galope en la economía, haciéndose sentir en esta ´cuesta de enero´, especialmente en los productos alimenticios esenciales que todo hogar requiere consumir para una adecuada nutrición, un estudio realizado demuestra que no es que la gente no quiera comer sano, su limitado poder de compra y el alto costo de los alimentos son los factores que se lo impiden", reveló Cuauhtémoc Rivera, presidente de Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes.
Dijo que las consignas de los académicos que exhortan a la población a tener una alimentación balanceada bordan en el aire, pues lo que convocan y evocan es una utopía en México, en pocas palabras, la ecuación es: se baja el cero y no contiene.
Dijo que en los últimos tres reportes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) se registra una tendencia al alza del fenómeno inflacionario, alcanzando el 5% la inflación general y colocándose por encima del 10% lo que respecta a alimentos.
"Como lo hemos señalado, este impuesto castiga fundamentalmente a la población más vulnerable, que son los que mayor parte de sus ingresos destinan a la compra de alimentos. Es un impuesto tan nocivo que afecta el estado de ánimo de la población, su capacidad productiva, su emocionalidad para llevar una sana convivencia social y, por supuesto, su salud, porque una alimentación deficiente no nutre, al no consumir proteínas suficientes las personas se ven obligadas a saciar su hambre de cualquier manera, con lo que encuentren, quedando en condiciones de debilidad e indefensión ante la ola de enfermedades respiratorias presentes en la temporada invernal, aunado al rebrote de COVID e influenza. Por ello, podemos afirmar que la inflación enferma a las personas y que es responsable de llevar a la hospitalización a muchas de ellas", detalló Rivera.