Alfonso Hernández y Felícitas Reséndiz Mejía una pareja de adultos mayores sale a recorrer la avenida Lalo Torres todos los días en busca de botellas PT para poder venderlas y de esa manera hacerse de unos 25 pesos, para poder subsistir.
Todos los días van pepenando entre la maleza a orillas del camino, y de la basura que dejan los que transitan ese camino, sacan sobras de pastas de sopas, sobras de aceite de botellas que tira la gente, recogen periódicos viejos para usarlos como papel de baño, leña para cocer sus frijoles.
El desperdicio y basura de otros es el alimento de ellos.
Un día de suerte sacan 25 pesos para ir juntando para el pago de agua y luz.
Felícitas es una mujer de 86 años que apenas anda, camina apoyada de un bordón improvisado, su andar es lento y se cansa, pero prefiere sacrificarse para acompañar a su esposo Alfonso quien sufre de ataques epilépticos.
“Si me lo atropella un carro que voy a hacer, él es mi compañero”, expresó Felícitas Reséndiz.
Alfonso y Felícitas quienes viven a orillas del fraccionamiento Miravalles son parte de las cifras de un millón 214 mil en grado de penuria que actualmente tiene el estado de San Luis Potosí, de acuerdo a los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
La entidad potosina pasó de tener el 42.1% de su población en condiciones de pobreza en 2018 a 42.8% para 2020.
En número de habitantes, San Luis Potosí migró de un millón 175 mil personas pobres a un millón 214 mil en condiciones iguales o peores al de Alfonso y Felícitas, lo que equivale a un incremento de 2.9% en dos años, según el organismo.