En una comunidad de la Huasteca decapitaron a un oso hormiguero porque creyeron que era un duende.
Y es que por sus tradiciones matan a los Tamanduá mexicanos, ya que en algunas regiones de la sierra se cree en seres imaginarios que describen como hombrecillos juguetones.
Investigadores de la Unidad de Manejo para la Conservación y Aprovechamiento de la Vida Sustentable (UMA) de esta ciudad, denunciaron el maltrato que está recibiendo la fauna en la región.
A través de las redes sociales recibieron imágenes de un Tamanduá que fue sacrificado en el poblado de Eloxochitlán, al que le cortaron la cabeza por ser una especie que les asemeja a un duende maligno.
En diferentes comunidades del estado de Hidalgo, así como de los municipios de Xilitla y Aquismón, aseguran haber visto a estos seres, que describen como pequeños hombrecillos que caminan por la sierra en las noches.
Pero lo que realmente han encontrado son osos hormigueros que tienen la forma de un ser muy parecido a un hombrecillo.
"Estas personas confunden al Tamanduá con seres que sólo viven en sus mentes, por lo que, al sentirse temerosos, al verlos los sacrifican, provocando una gran afectación a la fauna", finalizaron.