En la región de la Huasteca inició a la siembra de la flor de cempasúchil, marcando así el comienzo de las celebraciones del Día de Muertos; este evento coincide con la festividad de San Juan Bautista, el 24 de junio, una fecha significativa para las comunidades que inician este ritual ancestral.
Las familias huastecas se trasladan a sus tierras para sembrar las semillas que fueron recolectadas del altar el año anterior. Esta práctica asegura que, para finales de octubre, las flores estarán listas para ser usadas nuevamente en los altares, decorando y honrando a los difuntos en cada hogar.
La celebración del Día de Muertos, conocida como "Xantolo", es una de las tradiciones más antiguas y significativas. A través de estas prácticas, los habitantes disfrutan de un momento de convivencia y homenaje a aquellos que ya no están presentes físicamente. El día de San Juan marca también la primera ofrenda del ciclo, la cual incluye tamales, bolim, atole y otros alimentos, como muestra de gratitud por la abundancia esperada de las cosechas.
El ritual culmina el 30 de noviembre, día de San Andrés, cerrando así el ciclo de celebración de Xantolo. Durante este período, las comunidades agradecen por la vida y los bienes recibidos de la madre tierra, con la esperanza de obtener una buena cosecha, a pesar de las condiciones climáticas cambiantes.