Para el ambientalista Alejandro Aguilar Fernández, este año, sin duda, las precipitaciones han sido excelentes.
Destacó que después de varios años con déficit de lluvias, la vida vuelve acomodarse para muchos organismos que sus poblaciones decrecen al no haber suficiente humedad, ya sea porque se reduce su alimento, sobre todo cuando son herbívoros, o porque su ciclo de vida se altera sin una humedad adecuada.
"Por ejemplo, observé un buen número de luciérnagas al norte del municipio, después de años de no ver ninguna. Otro caso es el de los anfibios, que sabemos de su doble fase de vida, acuática y terrestre", comentó.
"Estas lluvias han permitido la captación de agua, no sólo en ríos, arroyos y presas, sino también en pequeños estanques, y casi en cualquier sitio. Aquí, muchas especies de sapos y ranas cumplen su reproducción y, por otro lado, emergen individuos adultos que han estado en letargo, ocultos en cavidades del suelo", explicó.
Finalmente mencionó que "la humedad genera una explosión en las poblaciones y los patios se llenan de brincos, las ramas son el hogar para las ranas arboricolas que buscan insectos y arañas. Maravillosa la lluvia, que permite el retorno de la vida".