En la ciudad cada día más negocios adoptan la cultura sobre el control de plagas, como roedores y cucarachas, sin embargo la población lo ve mal, cuando deberían de aplaudir esas medidas que hacen los empresarios, porque están tratando de evitar problemas de salud y daños a su economía.
El especialista en la materia, Hugo Sánchez Cervantes, dijo que la costumbre de la fumigación es muy pobre todavía, pese a la prioridad de combatir microorganismos o gérmenes patógenos, trasmisores de diferentes enfermedades.
“Si colocas dispositivos para el control de roedores o cucarachas, los dueños de negocios buscan que la gente no se entere, cuando debería ser lo contrario, porque está viendo que es alguien preocupado por la sanidad y por tener su certificación”, explicó.
“Cualquier equipo que se coloque en residencias, empresas o comercios, debe tener señalética, es digno de admirarse y la gente debe sentirse segura de que esos establecimientos están controlando todo tipo de plagas que causan enfermedades y trastornos a la salud”, expresó.
“La población no debe espantarse al ver dispositivos en los negocios, algunos propietarios creen que es contraproducente tenerlos a la vista, cuando es de aplaudirles”, comentó.