Los murales urbanos, aquellos que representan la creatividad y la esencia de la comunidad, enfrentan hoy una amenaza que va más allá del paso del tiempo: la indiferencia hacia el valor cultural que estas obras representan. Es innegable que la ciudad ha sido testigo de una explosión artística que ha logrado transformar muros en lienzos, pero también es evidente que muchos de estos murales, que fueron creados con el fin de revitalizar barrios y colonias, hoy se encuentran al borde de la desaparición debido a la falta de intervención para su conservación.
La Huasteca, con su rica tradición cultural, se ha visto reflejada en imágenes vibrantes sobre las paredes de la ciudad, desde el rostro de Frida Kahlo hasta las figuras que enarbolan la lucha social y política. Estas representaciones, que han sido pintadas por artistas locales con el propósito de dar identidad a los espacios urbanos, están siendo sistemáticamente borradas por el paso del tiempo, la humedad y la falta de mantenimiento. Es alarmante que el mural de Colosio, uno de los más emblemáticos, se encuentre en grave deterioro, al igual que otros murales que dan vida a las calles, parques y bardas de la ciudad.
Lo que debería ser un testimonio cultural está siendo destruido. El vandalismo y el abandono de estos espacios artísticos no solo disminuyen el valor visual de la ciudad, sino que reflejan una completa falta de respeto por la historia y la memoria colectiva de la comunidad.