Una coincidencia sombría revivió el horror de un accidente que parecía cosa del pasado en el kilómetro 5 de la carretera Ciudad Valles-Tamuín. Han pasado 31 años desde aquel fatídico día en 1993, cuando el comerciante Homero Meléndez Dorantes encontró la muerte en un brutal choque frontal en el mismo tramo maldito. Pero el 25 de octubre de este año, una tragedia similar volvió a teñir de luto esa carretera.
El 26 de octubre de 1993, alrededor de las 11:40 de la mañana, Meléndez Dorantes viajaba en su camioneta rumbo a Tamuín, cuando un autobús de la línea Vencedor, en una corrida extra, invadió su carril en el kilómetro 5+800, impactándolo de frente. La escena fue devastadora: los hierros retorcidos de ambos vehículos se convirtieron en la última prisión del comerciante, quien quedó atrapado sin vida entre los restos de su vehículo y el autobús.
Pasadas tres décadas, casi en el mismo lugar y con una diferencia de horas, la historia pareció repetirse. Era la noche del 25 de octubre de 2024, cuando el profesor Liborio Hernández Martínez, maestro en la escuela primaria "Benito Juárez" del ejido Santa Elena, conducía su camioneta Mazda Tribute color blanco hacia Ciudad Valles. Al llegar al fatídico kilómetro 5, el destino tejió otro giro siniestro. Hernández Martínez invadió el carril contrario y chocó de frente contra el autobús foráneo número 277 de la misma línea Vencedor, en ruta de Valles a Tampico.
El impacto fue brutal. La camioneta del profesor quedó fuera de la carretera, destrozada, y su cuerpo, atrapado entre los fierros, fue rescatado con vida, aunque gravemente herido. Horas después, en la madrugada del 26 de octubre, falleció en el hospital, añadiendo su nombre a la lista de quienes han sucumbido en el kilómetro marcado por la tragedia.
¿Es el kilómetro 5 de Valles-Tamuín un punto maldito o una simple coincidencia?