Los feminicidios de Tamuín siguen impunes, mientras que los familiares de las víctimas temen que el multihomicida salga libre.
En octubre del 2014, Filiberto Hernández Martínez fue detenido por portación de navaja y una arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, por lo que se le inició un proceso legal en su contra y tras comparecer confesó haber matado a cuatro niñas e incluso señaló el lugar en donde las había enterrado y a la fecha continúa en detención preventiva, sin que se le haya fincado ninguna sentencia por los multihomicidios, cuyos expedientes 52/2015, 75/2014, 110/2016 y el 119/2016 son llevados por el Juzgado Segundo de lo Familiar habilitado para conocer asuntos penales del sistema tradicional hasta su conclusión.
Hoy, al cumplirse seis años, las familiares de las víctimas acudieron al Juzgado Segundo de lo Familiar para reclamar con voz enérgica que se aplique la ley y se haga justicia, ante el temor de que el agresor sea liberado.
Sandra Campuzano, madre de una de las víctimas de apenas 15 años de edad, quien fue reportada como desaparecida en octubre del 2010 y de cuyo proceso fue exonerado el multihomicida, debido a la falta de pruebas, pese a la confesión, cuestionó la nula investigación de los expedientes, ya que desde hace un año prácticamente no se registra ningún avance y en contraparte la defensa del responsable de los feminicidios ha promovido una serie de amparos, con los cuales podría obtener su libertad.
La primera víctima, una menor de 15 años, fue reportada como desaparecida en el 2010 y fue hasta el 2014 cuando encontraron una osamenta que podría ser de la jovencita, sin embargo, no se realizaron las pruebas de ADN.
El 24 de mayo del 2011 se reportó la desaparición de otra menor, pero de 13 años; después, en el 2013 una niña de apenas 11 y en abril del 2014 se generó otro reporte, de una pequeña de 9 y en ese mismo período una mujer de 32 fue reportada como desaparecida.