El precio de la canasta básica en San Luis Potosí rebasa los 1,800 pesos, de acuerdo a un estudio de mercado de alcance nacional para medir la variación de precios de los 44 productos más esenciales, realizado por la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC).
Cuauhtémoc Rivera, presidente de la organización, señaló que esta investigación se efectuó en los 32 estados de la República, con una muestra aleatoria y ambulatoria estratificada por niveles de consumo popular y media.
El resultado de este esfuerzo es que la variación de precios resultó al alza con 1.58%, resultando el precio promedio nacional de la canasta en mayo de $1,719.17 contra $1,692.45 en abril. Los estados en donde se vende más cara la canasta básica de alimentos son Tabasco a $1,975; Chihuahua $1,903.70; San Luis Potosí $1,867; Chiapas $1,826.90 y Morelos $1,822.50.
Relató que los productos que más aumentaron fueron la papa que subió de $29.96 a $32.41, el azúcar que fue de $26.06 a $28.17, el aguacate que subió de $51.88 a $55.60, la naranja de $22.05 a $23.55 y el pollo de $69.59 a $74.09 en promedio.
"El vaso se puede ver medio lleno o medio vacío dependiendo del ángulo que se vea. Los reportes de ANPEC van desde el monedero y el bolsillo de la ciudadanía de a pie, desde el poder de compra real de la mayoría de los consumidores mexicanos", destacó Cuauhtémoc Rivera.
Debemos alertar que se gesta una bomba de azúcar en el precio de diversos productos, ya que en lo que va de mayo el precio del azúcar se ha ido incrementando aceleradamente, manifestó.
"Cómo explicar que la inflación general muestre signos de recuperación en tanto la inflación alimentaria se mantenga al alza, algo que puede explicarlo es la obsolescente metodología con la que la agencia estadística del Estado mexicano hace sus menciones, en días pasados, INEGI llamó a una consulta nacional para este 15 de mayo al 9 de junio a fin de establecer nuevos criterios metodológicos, respecto a qué productos deben integrar la canasta básica y como ponderar su precios. En adelante, con base a los nuevos hábitos de consumo de la población, se estructurará la canasta básica y se ponderarán preferencias y variación de precios. Esta nueva metodología será sensible al consumo como factor primordial para monitorear la realidad que perfila la demanda de lo esencial en lo local", resaltó Rivera.