Busca la administración actual dar preferencia a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en el despacho de energía, un movimiento que favorece energía de mayor costo y más contaminante, según expertos.
Con la reforma energética y modificaciones a los artículos 25 y 28 de la Constitución, CFE y Pemex dejan de ser empresas productivas, enfocadas en la rentabilidad, y pasan a ser empresas públicas.
Esto incluye preponderancia en el suministro de energía eléctrica para la CFE "al menor precio posible", según lo informado por la Secretaría de Energía.
Datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) muestran que, en septiembre, el costo promedio de generación de la CFE alcanzó los mil 940 pesos por megawatthora (MWh), mientras que los productores privados, como los de centrales eólicas y solares, registraron costos promedio significativamente menores, de 515 y 496 pesos por MWh, respectivamente.
Óscar Ocampo, del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), señala que este esquema de despacho prioriza energías más caras, y Leonardo Beltrán, del Instituto de las Américas, advierte que esto podría requerir subsidios para evitar que el impacto llegue a los usuarios, pese a la limitada capacidad fiscal actual.
La reforma energética, que prioriza a la CFE, aún debe ser discutida en el Senado y, si se aprueba, pasará a los congresos estatales.