Menores de edad de las comunidades Octujub y Aguamarga, denunciaron explotación laboral y otros delitos de los que fueron víctimas al ser llevados a Tula, Tamaulipas, por un enganchador de San Juanita, afortunadamente lograron escapar y regresar al municipio.
Son cinco personas, hombres y mujeres de las comunidades antes mencionadas, que salieron el 27 de junio y primero de julio de la cabecera municipal, del terreno donde se instala el tianguis los sábados.
Ellos fueron contratados por Gerardo Francisco, quien les prometió un pago de 180 pesos diarios y la empresa tenía un salario de 200 pesos, por lo que se quedaba con 20 pesos de cada uno.
Además denunciaron que eran obligados a laborar desde 07:30 a 21:00 horas en la pizca de chile y siembra de sandía, sin comer y el agua que les daban estaba contaminada, enfermando del estómago muchos de ellos.
“Todo el tiempo que permanecimos en el lugar, además de ser explotados, vivimos en condiciones inhumanas, no teníamos atención médica, no había agua potable, ni sanitarios, tampoco energía eléctrica, ahí hay muchos menores de edad”, subrayaron.
Dijeron que no les cumplió con el préstamo semanal que les prometió… “nos retuvieron, teníamos que comprar nuestra comida y lo poco que ganábamos lo gastábamos”, finalizaron.
ODISEA
El lunes pasado lograron escapar cerca de las 4 de la tarde, caminaron más de seis horas para llegar a la autopista, ahí lograron comunicarse con sus familiares para pedir auxilio y cerca de la una de la mañana de este martes fueron rescatados.