Los Servidores de la Nación, encargados de entregar los programas sociales de la Secretaría de Bienestar, trabajan en jornadas de hasta 15 horas y han apoyado en campañas de vacunación, e incluso en la atención de desastres naturales, como el huracán Otis. Sin embargo, cuando pidieron vacaciones y materiales para realizar sus labores se los negaron, y cuando quisieron organizarse en un sindicato fueron despedidos.
Así ocurrió con 12 exfuncionarios de Jalisco, quienes decidieron conformar el Sindicato de Servidores de la Nación (Sinasen) tras no ser escuchados y ser censurados por parte de las autoridades de Bienestar del Estado por exigir mejores condiciones de trabajo, lo que les costó que no les renovaran el cargo que llevaban ocupando desde 2019, cuando pasaron de la estructura de defensa del voto de Morena a funcionarios públicos encargados de la política social.
De acuerdo con quienes fueron despedidos, la falta de vacaciones y de materiales de trabajo, así como las jornadas laborales extenuantes no son exclusivas de la delegación del Bienestar en Jalisco, sino que ocurren en todo el país, por lo que afirman que continuarán con la conformación del Sinasen y con la exigencia por la vía judicial de que los reinstalen en sus puestos, o que al menos los liquiden, considerando los más de cinco años que tenían de antigüedad.
El diario de alcance nacional Animal Político consultó a la Secretaría de Bienestar sobre las denuncias de despidos injustificados y malas condiciones de trabajo de los Servidores de la Nación, sin que al momento de la publicación haya recibido respuesta.
En la Secretaría de Bienestar, las personas encargadas de la operación de los programas sociales –políticas estrella del actual sexenio– están divididas en dos categorías: los Servidores de la Nación, que trabajan por nombramientos que se renuevan cada tres meses, y los trabajadores de Unidad Básica Administrativa (UBA), contratados por honorarios, mediante convenios que deben renovarse cada mes. En ambos casos se les pide desempeñar el mismo tipo de trabajo en horarios extenuantes y en malas condiciones, explica Alfredo Hamden, uno de los despedidos.
“Trabajamos hasta 14 o 15 horas, por ejemplo, cuando fueron las campañas de vacunación, o cuando nos pidieron ir en apoyo de los damnificados por el huracán Otis, lo hicimos sin problemas aun cuando no tuvimos siquiera oficios de comisión, con todo gusto, pero no es posible que no tengamos derecho a tomar vacaciones, que no nos den ni siquiera engrapadoras, grapas o plumas para hacer nuestro trabajo”, subraya Hamden.
Frente a estas situaciones, en Jalisco, tanto Servidores de la Nación como trabajadores UBA han reclamado que les den mejores condiciones de trabajo y que no se despida a quienes realizan estas exigencias, pero al no ser escuchados decidieron organizarse en el Sinasen, cuya conformación se dio a conocer el pasado 1 de mayo, durante la marcha del Día del Trabajo.
“Salimos a manifestarnos en la marcha y empezaron las amenazas de que nos iban a correr y que le iba a ir igual a quien hablara con nosotros, nos tuvieron aislados del resto de las personas y el día primero de julio se nos informó que ya no teníamos trabajo”, detalla Hamden.
Desde entonces, junto con sus compañeros han realizado movilizaciones en Jalisco para denunciar las irregularidades en su despido, sin que las autoridades estatales o federales de Bienestar les den respuesta. Ante esto, recurrieron a un juicio de amparo, con el que Hamden explica que buscan ser reinstalados o, al menos, liquidados.
“Vamos a resistir hasta donde podamos, porque también necesitamos generar ingresos, vivimos al día, pero vamos a seguir en la lucha para que nos reinstalen, y si no, por lo menos nos den la liquidación como corresponde. Esperamos que, si no es para nosotros, al menos quienes lleguen a trabajar después a Bienestar tengan mejores condiciones”, expresa.