Una millonaria inversión destinada a impulsar el turismo en comunidades indígenas de la Huasteca Potosina terminó convertida en un cúmulo de ruinas y decepción; de acuerdo con un estudio publicado este año por la revista Tlatemoani de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, más de 13 millones de pesos canalizados a proyectos ecoturísticos entre 2007 y 2012 se transformaron en verdaderos "elefantes blancos", obras costosas que hoy permanecen abandonadas, vandalizadas o sin actividad económica.
El análisis se centró en el Programa de Turismo Alternativo en Zonas Indígenas (PTAZI), que financió 24 proyectos en siete municipios de la región. Los resultados son desalentadores: el 42 por ciento fracasó por falta de planeación, acceso limitado a las comunidades y ausencia de seguimiento institucional una vez inaugurados. Apenas el 46 por ciento logró consolidarse y formar parte de la oferta turística regional, mientras el resto apenas sobrevive con pocas visitas y escasos ingresos para los habitantes.
Uno de los casos más representativos es el de la comunidad de El Aguacate, en el municipio de Aquismón, donde se invirtieron alrededor de 1.5 millones de pesos en cabañas y baños ecológicos que hoy están en ruinas.
Los pobladores denunciaron que nunca recibieron capacitación suficiente ni promoción para atraer visitantes, además de que las lluvias constantes complicaban el acceso. También señalaron opacidad en el manejo de los recursos y abandono por parte de las autoridades municipales y estatales.
Los investigadores advierten que estos proyectos inconclusos no sólo reflejan un derroche de recursos públicos, sino que han profundizado la desconfianza de las comunidades indígenas hacia sus autoridades.
Mientras tanto, en rincones como El Aguacate, las estructuras de madera podrida y techos caídos permanecen como testigos silenciosos de promesas rotas y de un modelo de desarrollo que nunca llegó a concretarse.