Subió la carne

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Por: RedacciónFecha: 08/13/2025 01:58 P.M.
El producto prácticamente desapareció de las mesas de las familias

El bistec de res, uno de los alimentos más comunes, se ha convertido en un lujo, durante 2025, su precio se disparó 18% en comparación con el año anterior, provocando que millones de familias en pobreza lo dejen fuera del menú.

La carne molida de res también encareció 16.6%, y la leche pasteurizada 8.3%, afectando directamente la dieta de quienes ya destinan la mayor parte de su ingreso a la comida.

El impacto se siente en todo el país, pero golpea con más fuerza a los 12.8 millones de hogares —33.1% del total— que el Inegi identifica con algún grado de inseguridad alimentaria. Aunque esta cifra es menor a la de 2022, uno de cada tres hogares sigue sin poder garantizar una alimentación adecuada. En zonas urbanas, el costo mensual por persona de la canasta alimentaria llegó a 2 mil 453 pesos, un alza de 4.3% anual y superior a la inflación general de 3.5%.

La presión en el bolsillo obliga a modificar hábitos: sustituir proteínas por opciones más baratas y reducir variedad en la alimentación. Entre los hogares con inseguridad alimentaria, el 29% tuvo a alguna persona con hambre que no comió, el 20.8% reportó que alguien solo comió una vez al día o dejó de comer todo un día, y el 6.4% reconoció que tuvo que hacer algo que preferiría no hacer para conseguir comida.

El problema es más grave en el sur. Guerrero encabeza la lista con 57.3% de sus hogares en inseguridad alimentaria, seguido por Oaxaca (54%), Tabasco (51.6%) y Chiapas (50.8%). En contraste, Aguascalientes (19.1%), Baja California (19.5%), Jalisco (21.4%) y Chihuahua (21.5%) presentan los niveles más bajos.

Aunque el Inegi señala avances respecto a los peores años de la pandemia, 11.34 millones de hogares todavía viven con la preocupación de que la comida se acabe por falta de dinero. El encarecimiento de alimentos como el bistec no solo reduce la variedad en la dieta, sino que refleja un mercado donde los productos básicos se alejan cada vez más del alcance de los más pobres.

En las zonas rurales, el precio estimado para una porción diaria de bistec es de apenas 3.55 pesos, el aumento real obliga a hacer cuentas dolorosas: comer menos, comer peor... o de plano dejar de comer.