En sólo dos años, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador sacó 157 mil millones de pesos de los fondos destinados a la salud y esto obligó a suspender el pago de todos los tratamientos de cánceres, trastornos congénitos o trasplantes para los pacientes más pobres del país que debían ser atendidos en el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi).
De acuerdo con una investigación del diario Animal Político, solo en 2021, el recorte al presupuesto del Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos (Fonsabi) para atender cáncer infantil, mama y cervicouterino llegó hasta el 97%, lo que impidió pagar 7 mil 900 tratamientos para pacientes con esas enfermedades que no tienen seguridad social.
Un año después, en 2022, no pagaron ni un solo tratamiento para las 66 enfermedades consideradas como catastróficas, incluyendo distintos tipos de cáncer, infartos al miocardio, cuidados intensivos neonatales o trasplantes, de acuerdo con reportes contables del Fonsabi.
En cambio, el gobierno de AMLO transfirió a la Tesorería de la Federación (Tesofe) 157 mil millones de pesos que debían ser usados para estos enfermos entre 2021 y 2022, lo que hace imposible saber en qué se gastaron, porque esos recursos se revolvieron con el resto de la Tesofe.
Para dimensionarlo, esa cantidad es equiparable con los 138 mil millones de pesos del presupuesto del Tren Maya en 2023 o 6 veces el presupuesto del INE.
Se trata de uno de los efectos de la desaparición del Seguro Popular en 2019, la estrategia iniciada en 2004 que daba atención a quienes no tenían para pagar servicios de salud, pero que fue sustituido por el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), extinto el año pasado.
A través del Seguro Popular, los pacientes con enfermedades consideradas como catastróficas por su alto costo, como cáncer, recibían los tratamientos requeridos que incluían no sólo medicinas, sino cirugías, hospitalización, consultas y estudios.
Dichos tratamientos eran pagados con recursos del Fideicomiso del Sistema de Protección Social en Salud, que hasta 2018 tenía 119 mil millones de pesos. El Seguro Popular desapareció en 2019 y fue sustituido por el Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos (Fonsabi), pero para diciembre de 2023 sólo había 45 mil millones de pesos en el Fondo.
Es decir, en 4 años AMLO disminuyó 62% del dinero ahorrado durante 14 años, y sin explicar en qué lo gastó.
Además, el Fonsabi fue usado para triangular recursos dentro de las finanzas públicas a través de multimillonarios movimientos de ingresos y egresos.
De acuerdo con Números de Erario, un análisis de México Evalúa, ha existido una simulación en el gasto de salud debido a que desde 2019, el gobierno estableció nuevos lineamientos en la Ley de Ingresos de la Federación y en la Ley General de Salud para que, en caso de tener excedentes, el Fonsabi transfiriera los recursos a la Tesorería de la Federación (Tesofe).
En 2021 y 2022, el Fonsabi efectivamente tuvo excedentes gracias a aumentos presupuestales desde la Secretaría de Hacienda, pero no fueron usados para financiar tratamientos médicos, sino que, por los nuevos lineamientos, los regresó a la Tesofe.
En 2021 regresó 92 mil 745 millones de pesos, y en 2022, 64 mil 700 millones de pesos, lo que suma 157 mil 400 millones de pesos, dinero que fue registrado como gasto, pero al haberlo transferido se perdió el rastro de su uso porque se agrega a la ´bolsa´ de recursos de la Tesorería.
El Insabi, además, reconoce en su propio informe de 2022, que no pagó ningún tratamiento en ese año. En el apartado "casos autorizados, validados y pagados", es decir, donde tendría que reportar el número de tratamientos pagados, el Insabi dijo que solo utilizó recursos del Fonsabi para pagar deudas a seis proveedores.