Coxcatlán.- Con un diagnóstico de traumatismo craneoencefálico grave, del que de acuerdo a las estadísticas el 40% de las personas accidentadas fallece o queda en estado vegetativo, Juan Reséndiz Guevara del Barrio Tepezintla, conocido ampliamente en la Huasteca por su trabajo como quiropráctico, es testigo de que los milagros ocurren.
Fue precisamente durante la Semana Santa, cuando Juan o Yoni Reséndiz, tuvo un accidente que pudo costarle la vida, pues después de un día de pesca con sus amigos en Axtla de Terrazas, regresaba ya entrada la noche a su casa en Coxcatlán, pero dormitó y a la altura de Coamila, su carro dio volteretas y cayó al barranco.
Fue ahí, entre los fierros retorcidos de su auto, que fue encontrado sangrando de la cabeza, con masa encefálica expuesta, y ya sin hablar; los policías municipales de Coxcatlán y de Axtla de Terrazas lucharon por liberarlo de entre los fierros, donde fue necesaria la intervención del Cuerpo de Bomberos y de muchos voluntarios que rompieron con piedras y manos las láminas que lo tenían sujeto, ahogándose entre su sangre.
En cuestión de minutos y pese a ser un tramo bastante solitario llegó la ambulancia, para trasladarlo al nosocomio, donde los médicos que lo atendieron primero dieron un diagnostico nada alentador a su madre Rosy Reséndiz, quien con sólo el hecho de saber que su hijo seguía vivo, agradeció a los médicos sus esfuerzos y se preparó para el traslado al Hospital General de valles, donde al igual que en Axtla, los médicos le indicaron que harían todo lo que estuviera a su alcance, pero las posibilidades de vida eran muy bajas.
"Por el fuerte dolor que tenía, me indujeron el coma, estuve dos semanas en coma, y cuando desperté los médicos me decían que para ellos era casi imposible que estuviera vivo, pues no tenía ninguna posibilidad e incluso en algún momento pensaron desconectarme, después de cuatro semanas en el hospital, me recuperé en mi casa e inicié con mi terapia, la puedo contar y la experiencia que me deja esto es que tenemos que tener precaución, que la vida en un instante se va, soy testigo de un milagro", señala Yoni Reséndiz.
Su madre, que después de estas semanas de angustia, agradece a Dios por esta nueva vida para su hijo, y también a quienes ayudaron en todo momento en especial a los señores Lico López, el doctor Pepe Zurita, al alcalde de Axtla Gregorio Cruz Martínez, que apoyaron en la atención hospitalaria, a los médicos de Axtla y del Hospital General de Valles que siempre le brindaron una atención de primera al igual que las enfermas, así como a los sacerdotes, policías municipales de Axtla, a quienes pese a la angustia de ver a su hijo entre la vida y la muerte, pudo observar la desesperación de los uniformados por sacarlo del auto y llevarlo a la ambulancia, y a todos quienes con sus oraciones hicieron el milagro.