Veneno de abeja producto rentable
La extracción de apitoxina, es uno de los procedimientos que los apicultores deben realizar con mucho cuidado, a fin de no matar a las abejas.
Bien practicada, esta acción no afecta a los pequeños animales, quienes en unos días vuelven a producir más veneno, el cual, ya extraído es utilizado para hacer pomadas o ungüentos contra el dolor.
El apicultor Flavio Quiroz indicó que la apitoxina es el químico que segrega la abeja, para obtenerlo se introduce a los cajones un vidrio que lleva celdas con látex y está conectado con pequeños alambres que, utilizando la energía solar, les dan pequeños “toques” no dañinos a las abejas al contacto, ellas se hacen bolita y pican el látex, dejando ahí su veneno.
El insecto no muere, debido a que el aguijón entra y sale sin problemas del látex. Al finalizar, se extrae el vidrio y con una pequeña espátula se despega el veneno, que ya se encuentra seco y es depositado en pequeños envases de color ámbar.
Quienes saben procesar la apitoxina, pueden producir diversas pomadas y ungüentos que son utilizados contra el dolor, en tanto que los no capacitados tienen la opción de venderlo y generar un ingreso extra.