Por varios años, Alejandro fue el único que mantuvo este trabajo con orgullo.
El docente se había apartado de la cancha para descansar después de participar en un partido de básquetbol, cuando repentinamente se desplomó.
Era del barrio Pahuatitla y fungió en el periodo 1979-1981.
El auto circulaba con dirección a Querétaro.