Diario Regional El Mañana De Valles
Jonathan ‘Niño Maravilla’ Delgado logró monarquía

Jonathan ‘Niño Maravilla’ Delgado logró monarquía


El divino, adictivo y pasional mundo de las 3 bandas encontró punto de atracción en el arrabal de la naranjera Matlapa, permitiendo que el defeño Jonathan Delgado, “Niño Maravilla” se apoderara del trono, cetro y la corona al vencer 30-15 al salmantino Diego Rodríguez en la gran final del Torneo de Maestros, competencia de talla internacional que aglomeró a grandes exponentes del billar de América Latina.

Cursando desde tierras sudamericanas y de varias partes de territorio mexicano, el marfil se perfiló encontrando un camino sinuoso; pero de gran belleza natural rumbo a Matlapa, metiendo freno en Billares Las Vegas, hasta donde los expositores del deporte-ciencia arribaron para darle vida a una faena única y sin precedentes en la zona que acaparó la atención, no sólo de los presentes entre las cuatro paredes de uno de los mejores escenarios billarísticos del Estado potosino, sino de otras partes del país y del mundo, atentos mediante el portal: “Mayonesas Transmit Billiards” que con santo y seña detalló el suave deslizar de las bolas sobre las celestes mesas alfombradas de origen turco y a partir de las semifinales agregó el plus con la narración del maestro José Paniagua, de gran bagaje y con conocimiento de causa, toques aristócratas y del arrabal que le dieron un sabor especial a la parte final del certamen.

Más allá del chasquido, momento único de amor eterno entre el marfil, al dar a luz la carambola, la precisión de ojo clínico, el jugar inerte de la banda, mientras que con paso frenético el taco acariciado por la tiza es empujado por las manos, no sin antes tomar vida en la poderosa mente de los protagonistas, con altas matemáticas, discretas y continuas; así como de la física, convirtiendo el instante de la carambola, en euforia y locura que transporta a orquestadores y seguidores a una calma abstracta que eleva la autoestima y genera un golpe de autoridad.

INOLVIDABLE JORNADA

Tras una jornada sabatina de alto impacto que corrió como agua entre las manos; sin importar el sofocante calor, sólo calmado por el lúpulo y la cebada, la tarde cedió y la noche abrió con alta intensidad, 8 competidores le darían vida a la serie de cuartos de final, entre ellos los colombianos de talla mundial Arley Castrillón y Harry Zamora, este último participante en la Profesional Billiards Association en Corea, donde pudo vencer al belga Frederic Caudron, de los mejores del orbe; pero esta vez, ni todo su palmarés le sirvió para evitar la caída en esta serie, lo mismo que su compatriota. Entre los ruidos singulares del billar, como en una casa de bolsa de valores, sin dejar de lado el lenguaje picante, la risa nerviosa de algún despistado apostador y el humo del tabaco que subía como rindiendo pleitesía a quienes se atrevieron a instalarse en la serie previa al choque final, aquello era una explosión deportiva que se escuchaba en muchas partes.

SEMIFINALES Y FINAL:

La noche del séptimo día de la semana maduró a la par de la precisión de Diego Rodríguez, de Salamanca, que sin contratiempos se instaló en el duelo por la monarquía, superando al mexiquense Alfredo Carrillo 30-20, momentos en que acaparaba la atención Jonathan Delgado, “Niño Maravilla”, sin importarle que el leonés Cristian Hernández con el mote de “Terremoto” fuera su rival, superándolo con decisión al son de 30-15. Las primeras horas del primer día de semana, atestiguaron, cómo “Niño Maravilla” dejaría su nombre estampado con letras de marfil, la adrenalina estaba a tope, las apuestas corrían, al igual que los líquidos en las gargantas y los ojos de la delicada figura de su acompañante se desorbitaban. Tras una petición de hidratación del dominante billarista, momentos de tensa calma, con el “score” 23-15, sólo volvió para sellar la faena de forma magistral, hilando con espantosa tranquilidad, no sólo las 7 carambolas que le convertían en el emperador de la noche, sino su traje de campeón, mientras que su oponente Diego Rodríguez conteniendo la respiración, fue el testigo de honor de la gran final de la competencia billarística. ¡Qué noche, señoras y señores! Con un anfitrión de lujo como Miguel Ángel Ortega Luján.

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