Regresaron almas a su descanso eterno

El pasado miércoles las familias de la zona Tének colocaron la última ofrenda para despedir a los difuntos para su regreso al descanso eterno.

Por la tarde en la comunidad El Maguey anexo a Ojo de Agua, buscaron en la sierra las varas con las que elaboraron la mesa que sirvió para colocar las ofrendas el día 30, además de limpiar el árbol de mora donde colocaron los arcos.

Demetrio Flaviano narró que el lugar donde se depositan los arcos es sagrado, es un árbol que tiene muchos años y se encuentra en el cruce del camino real; fue testigo de la vida y la muerte, porque ahí pasaban a pie o a caballo para ir a la ciudad a vender o comprar maíz, frijol, calabazas y café.

Cuando una persona fallecía, pasaban con ésta, venían desde La Pitahaya y seguían hasta Ojo de Agua; el ataúd era llevado en hombros por familiares y amigos, para ser sepultada en San Antonio Huichimal, en donde estaba el único panteón en ese tiempo.

El 30 de noviembre, después de dejar sus arcos en el árbol, se ponen tamales, fruta, pan, aguardiente, plátanos, gordas de horno, dulces y todo lo que al difunto le gustaba, posteriormente regresen al descanso eterno y los reciben nuevamente el próximo año.

En la concentración realizan una oración y por medio de cohetones dan gracias a sus difuntos por haber venido, después pasan a recoger la ofrenda y los despiden con alegría.

Con paso lento emprenden el retorno a sus casas, cerrando la fiesta de Santorom o Día de Muertos, y comentando "aquí nos vemos el próximo año"