Diario Regional El Mañana De Valles
Sobreexplotan los mantos acuíferos

Sobreexplotan los mantos acuíferos


Campesinos de varias comunidades de la zona Huasteca se organizan para acabar con el acaparamiento, sobreexplotación y contaminación de todos los afluentes de la zona, que enfrentan bajos niveles, incluso en las presas. A pesar de que la Huasteca Potosina se encuentra mejor posicionada en relación con las otras zonas del estado, sus recursos hídricos se encuentran en un proceso de deterioro y degradación acelerados en la calidad y cantidad.

El representante de la Coordinadora de Organizaciones Campesinas e Indígenas de la Huasteca Potosina, A.C., Rogel del Rosal Valladares, dio a conocer que hace cerca de sesenta años había abundantes corrientes de agua superficiales de las que se abastecían las zonas urbanas y rurales para consumo humano, además de que proporcionaban medios de vida a través de una gran variedad de especies acuáticas.

Pero en la actualidad, varias lagunas prácticamente han desaparecido, como la Laguna del Cerro de La Pez, mientras que corrientes superficiales que antes eran permanentes ahora desaparecen por temporadas, como el río "Gallinas" y "El Salto"; asimismo, se presenta una reducción drástica de los volúmenes de agua del conjunto de los ríos como el Huichihuayán, Tancuilín, Valles, Axtla, Coy, Pujal, Tampaón, Moctezuma, Claro y Amajac, entre otros. Con ello, también han desaparecido muchas especies acuáticas de las que los pobladores se alimentaban.

Es por ello que las comunidades indígenas de la Huasteca Potosina exigimos una Ley General de Aguas que cumpla con el mandato constitucional actual y convenios internacionales firmados por México.

Además de los efectos del cambio climático, la crisis hídrica que afecta a la mayoría de la población se ha recrudecido por la implantación de la industria azucarera, citrícola y ganadera, que han implicado cambio de uso de suelo en miles de hectáreas para producir la materia prima, y por ende, el uso de millones de metros cúbicos de agua. A ello se suma la operación de empresas cementeras y termoeléctricas que tienen concesionadas millones de metros cúbicos anuales de agua.

En conjunto, estas empresas concentran cerca de 70 millones de metros cúbicos de agua anuales. Además de acaparar grandes volúmenes de aguas, estas vierten sus desechos hacia los principales ríos de la región.

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