Ciudad baches

Con las primeras lluvias de la temporada, quedó al descubierto una verdad que la ciudadanía ya venía advirtiendo: el alcalde David Armando Medina Salazar no sabe gobernar ni se baja el sueldo, y la prueba está justo frente a sus oficinas.

En la explanada que da acceso a la Presidencia Municipal, los baches son tan grandes como el descontento ciudadano.

El deterioro de las calles no distingue zonas, pero el símbolo del abandono es claro: hasta la sede del Gobierno Municipal está rodeada de cráteres viales, evidencia del descuido total en el que se encuentra la ciudad.

Mientras las calles se desmoronan, Medina Salazar sigue cobrando más de 90 mil pesos mensuales, uno de los salarios más altos entre los alcaldes potosinos, sin ofrecer resultados visibles en materia de mantenimiento urbano. El contraste entre lo que gana y lo que hace ha generado una creciente ola de críticas entre la población.

En colonias como La Diana, vecinos reportan que la avenida principal rumbo al fraccionamiento Praderas del Río parece zona de guerra, con baches que dañan vehículos y retrasan el tránsito diario. Lo mismo ocurre en céntricas calles como la Hidalgo, donde al menos una docena de hoyos complican el paso en una de las vialidades más transitadas de la ciudad.

Los comerciantes han solicitado en repetidas ocasiones un programa urgente de bacheo, pero no hay respuesta oficial, ni plan, ni calendario de obra. El Ayuntamiento guarda silencio mientras los baches crecen y los ciudadanos pagan las consecuencias.

En resumen: el pavimento se cae, la ciudad se hunde y David Medina sigue cobrando como si supiera gobernar.