Secuestro y asalto en carretera
Hace un mes en Matehuala fue exhibida la ruta de secuestro y robo de la Carretera Federal 57, en los límites de Nuevo León y San Luis Potosí. Más de 100 migrantes fueron rescatados el 7 de abril, tras la denuncia de un transportista turístico de Guanajuato. Un grupo armado los había plagiado.
Pero el operativo policial que involucró a la Guardia Nacional no desactivó a las células criminales.
Y este lunes, automovilistas que se dirigían a Monterrey fueron secuestrados a la altura del municipio de Doctor Arroyo, al sur de Nuevo León, a unos 35 kilómetros de Matehuala, San Luis Potosí.
Delincuentes con armas largas emboscaron vehículos que transitaban por la vía federal, y sólo en la tarde del lunes tomaron como víctimas al menos a ocho personas a quienes robaron sus pertenencias y seis camionetas.
El comando llevó a un paraje abandonado a sus víctimas a las que despojó de carteras, celulares y equipos electrónicos; les pidieron los NIP de sus tarjetas de crédito y les obligaron a borrar cuentas de iCloud de sus iPhones para que no fueran rastreados.
"Vas a velocidad, se te emparejan y te cierran repentinamente hasta que logran que detengas el vehículo", contó una de las víctimas, interceptada poco antes de las seis de la tarde.
Tras la amenaza, un par de sujetos con armas largas tomaron el vehículo de los viajeros. "Se subieron a nuestra camioneta, nos pidieron agachar la cabeza. Nos iban apuntando y uno de ellos se fue manejando hasta llevarnos a una brecha, donde se metieron unos 5 kilómetros", narró.
Por horas tuvieron a los cautivos tirados en el piso boca abajo y encañonados por delincuentes que cortaban cartucho con amenazas de que los iban a matar. Las víctimas escuchaban comunicaciones radiales donde los criminales intercambiaban avisos de camionetas que salían de Matehuala para que fueran interceptadas y asaltadas más adelante.
Tan sólo la tarde del lunes, de asueto por ser el Día del Trabajo, los delincuentes se apoderaron de seis camionetas: dos Tacoma, una HS y una Lobo, propiedad de la empresa Kansas City Southern, además de dos más que no fueron identificadas.
De pronto, cerca de las nueve de la noche, se escuchó por radio: "Ya se completó la cuota". Las víctimas fueron abandonadas en la brecha y los delincuentes huyeron en los vehículos robados.