Decae el oficio de la sastrería
"Grandes tiendas de ropa son competencia para la hechura de pantalones y trajes a la medida", afirmó Fernando Jonguitud Rodríguez, sastre desde hace 60 años, quien platicó cómo ha ido evolucionando a través de los años el oficio de elaborar prendas de vestir, principalmente masculinas.
Don Fernando, de 74 años de edad, ha podido vestir a cuatro generaciones, y les ha hecho sacos y pantalones a personalidades como ex presidentes y a integrantes de familias como Esper, Osuna y Cambeses.
Explicó cómo los dedos ágiles mueven las tijeras con precisión entre la tela del pantalón, mientras los alfileres colocados estratégicamente denotan el corte que debe hacer en la pieza, a petición del cliente, todo hecho a la medida exacta a su cuerpo.
Dijo que aprendió desde muy joven, pues un día fue llevado por su padre, el conocido músico Germán Jonguitud, a su primer empleo; por las mañanas asistía a la primaria y por las tardes trabajaba y aprendía a la vez en la sastrería de nombre "La Porvenir", que se encontraba en ese entonces en la calle Hidalgo.
"Llegaban para que les elaboráramos ropa, otros a remendar sus pantalones rotos, los que ahora se usan de moda", expresó.
Pero comentó que en todos sus años de sastre nunca había pasado un día sin que su máquina dejara de trabajar, sin embargo, diciembre fue muy flojo, porque fueron varios días en los que no le caía ni siquiera una parchadura de pantalón.
Refirió que ahora ha ido bajando el trabajo que por años lo mantenía a él y a su familia, lo cual atribuye a las tiendas de ropa barata, ya que venden mucho más económico que lo que cuesta una hechura a su medida.
Finalmente reconoció que desde hace años ha dejado de confeccionar trajes, pues ahora un 90 por ciento de su labor sólo consiste en composturas.