
Reportan "auge" en trabajos de brujería
Bajo la promesa de que "los muertos sí cumplen lo que los vivos no pueden", brujos y psíquicos de la región reportan un auge sin precedentes de trabajos esotéricos que utilizan la supuesta energía de difuntos para intervenir en negocios, juicios, parejas y dinero.
Los rituales, realizados en plena temporada de Xantolo, incluyen baños con cempasúchil, novenas de veladoras llevadas a nueve altares distintos e invocaciones dirigidas a almas específicas para obligarlas —según los practicantes— a obtener un resultado a favor del cliente.
La lista de encargos es amplia y va desde "abrir caminos" en asuntos legales imposibles hasta "romper matrimonios" o elevar ventas de comercios en crisis.
Los ejecutantes afirman que el contacto con el "más allá" es más poderoso entre finales de octubre y principios de noviembre, cuando las ánimas "bajan" a la tierra.
El fenómeno no es marginal: usuarios pagan desde cientos hasta miles de pesos por estos trabajos, y para críticos y líderes religiosos, la práctica raya en la explotación de la desesperación y el dolor, pues muchos clientes acuden justo cuando enfrentan deudas, querellas judiciales o rupturas severas.
"Estamos viendo negocios completos montados sobre la angustia humana", advirtió una fuente consultada.
Organizaciones advierten que la falta de regulación, la opacidad y la carga emocional de estas fechas vuelven a las personas terreno fértil para abusos, fraudes y manipulaciones.
Mientras tanto, los altares siguen encendidos y las velas se consumen una por una; afuera, los vivos esperan que los muertos hagan el trabajo que la realidad les sigue negando.




