
Ahora hay justicia para el pobre
El combate a la corrupción, la crisis económica y de salud por la pandemia de Covid-19, la estrategia no violenta de seguridad y la construcción en los cimientos de la 4T fueron, para sorpresa de nadie, los ejes centrales en el segundo informe de Gobierno que ayer ofreció Andrés Manuel López Obrador desde Palacio Nacional, quien desde el comienzo dejó claro que el tono de su discurso sería triunfal: “En el peor momento contamos con el mejor Gobierno”, dijo.
Como lo había adelantado, el primer tema al que se refirió López Obrador fue el combate a la corrupción, que dijo ya significó un ahorro de alrededor de 560 mil millones de pesos: “Este Gobierno no será recordado por corrupto. Nuestro principal legado será purificar la vida pública de México y estamos avanzando”, aseguró el Presidente ante alrededor de 70 invitados sentados respetando la distancia, debido al coronavirus, entre los que destacaron representantes del sector obrero, indígenas, empresarios, pero también algunas ausencias, como el Presidente de la Suprema Corte de Justicia o el Fiscal General de la República.
LA PANDEMIA
Inevitablemente, la pandemia apareció en su alocución a poco de empezar, pero también se mostró optimista, pese a la fuerte caída de la economía. “Estamos enfrentando dos crisis al mismo tiempo; la sanitaria y la económica, y vamos saliendo a delante”, sostuvo. Hizo un repaso entonces de cómo ha sido la estrategia en materia de salud, que dijo estuvo guiada por expertos en la materia y no desde la política, y destacó que el sistema de salud no se haya colapsado y el acuerdo hecho con la Universidad de Oxford y laboratorios mexicanos y argentinos para desarrollar la vacuna para la región.
En cuanto a su plan de recuperación, admitió que se trata de una fórmula “peculiar, única en el mundo” que consiste en apoyar con créditos de manera directa desde abajo hacia arriba, sin darle prioridad a bancos o grandes empresas. En ese sentido presumió que “a siete de cada diez familias están llegando cuando menos un beneficio o algo del presupuesto público, que es dinero de todos”.
Agregó en la misma línea: “Es un timbre de orgullo decir que ayudamos por medio de programas sociales a 23 millones de familias”.
También enfatizó sobre el soporte que ha significado el envío de remesas a México, las cuales han alcanzado niveles históricos. En el cálculo del Presidente rondarán los 40,000 millones de dólares al cierre del año: “Con el aumento de las remesas, los programas de bienestar y los créditos que estamos otorgando a los de abajo, la pandemia no ha desembocado en hambruna ni escasez de alimentos, ni asaltos. El pueblo de México tiene recursos para su consumo básico”, aseguró. Por lo tanto, persiste en que la recuperación ya está en marcha.
López Obrador continuó con un repaso de los avances y estrategias de su Gobierno: conectividad de Internet que promete ser total para 2021; revés a la Reforma Educativa; rescate a empresas públicas como Pemex y CFE; el avance de obras como Santa Lucía, Tren Maya y Dos Bocas; combate contra el fraude electoral; avance contra la inseguridad y la violencia.
Este último punto también tuvo un foco mayor. Reportó que, hasta la fecha y en contraste con noviembre del año pasado, los delitos relacionados con secuestros, feminicidios y robos disminuyeron 30% en promedio, aunque reconoció el alza en homicidio doloso y extorsión, 7.9 y 12.7% respectivamente. “Avanzamos contra la delincuencia con nueva estrategia”, dijo, refiriéndose al plan de atender a los jóvenes que podrían ser víctimas de los grupos organizados y desplegando la Guardia Nacional, a la que calificó como un “cuerpo de paz y proximidad con la población”.
“Ya no manda la delincuencia organizada. Ya no hay tortura ni masacres”, dijo el Presidente, al tiempo en que hizo un reconocimiento a los titulares del Ejército y la Marina, Luis Cresencio Sandoval y Rafael Ojeda Durán.
LAS BASES DE LA 4T
En su informe de poco menos de una hora, el Presidente también aseguró que ya lleva cumplidos 95 de los 100 compromisos asumidos al inicio de su Gobierno, por lo tanto, afirma que están sentándose las bases para su prometida transformación y cuyas bases, aseguró, estarán ya este diciembre, a pesar de las adversidades que ha enfrentado el Gobierno.
“Aunque circunstancias imprevistas e infortunadas como la pandemia por Covid-19 nos obligan a hacer ajustes, no vamos a apartarnos en lo esencial del espíritu del compromiso adquirido. Las acciones gubernamentales realizadas son expresión de lo que hemos soñado, diseñado y ofrecido desde hace muchos años. Corresponden a una visión de país y de lo que debe ser un mundo justo y fraterno”, dijo.
En ese sentido, en el discurso también hubo espacio para hablarle a la oposición: “Algunos críticos piden que se gobierne de manera distinta, que apliquemos recetas económicas contra las que hemos luchado o que seamos tolerantes con la corrupción que hemos buscado erradicar. Piden, en suma, que yo traicione mi compromiso con la sociedad, que falte a mi palabra y renuncie a mi congruencia y eso lógicamente no va a ocurrir. Ya está en marcha la nueva política económica sustentada en la moralidad, austeridad y desarrollo con justicia”.
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Así, recalcó que se mantiene el compromiso de terminar de sentar las bases “del México del porvenir” para el diciembre próximo, que es cuando se cumplen exactamente dos años de Gobierno. “A partir de entonces, ya con los cimientos, solo quedará la tarea de terminar la obra de transformación y seguir gobernando con rectitud y amor al pueblo para contar siempre con su respaldo”.
Por supuesto, otro tema que tuvo cabida fue el de la consulta pública para enjuiciar a ex presidentes, recordando que es un tema que quedará en manos de las autoridades responsables. “De ser necesario, que se celebre una consulta con opinión del pueblo y reitero que votaría por no someterlos a proceso. Sin embargo, de realizarse la consulta, respetaré el fallo popular, sea cual sea”.