
Bajarán impuesto al refresco
El gobierno federal y representantes de la industria refresquera alcanzaron un acuerdo para modificar la propuesta de incremento al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) en bebidas azucaradas. Con ello, los productos "light" y "cero" tendrán una cuota reducida de 1.5 pesos por litro, mientras que las bebidas con azúcar mantendrán la tarifa de 3.08 pesos por litro.
El subsecretario de Integración y Desarrollo de la Secretaría de Salud, Eduardo Clark García, informó que la medida no busca fines recaudatorios, sino combatir enfermedades derivadas del alto consumo de azúcar, como la diabetes y la obesidad. "La aplicación de este instrumento fiscal no atendía una razón recaudatoria, atendía una razón de salud pública", subrayó.
Clark explicó que la política pretende lograr cuatro objetivos principales: reducir el consumo per cápita de bebidas azucaradas, incentivar el consumo de opciones menos dañinas, disminuir la densidad calórica de los productos y prevenir que niños y adolescentes los incorporen a su dieta desde edades tempranas.
El acuerdo, dijo, será presentado en la Cámara de Diputados durante la discusión en lo particular de las reformas a la Ley del IEPS, donde se espera que la mayoría legislativa respalde el ajuste.
Por su parte, representantes de Coca-Cola México anunciaron que la empresa se compromete a reducir en un 30% el total de calorías en su portafolio de productos. Con ello, en un año, el 70% de su volumen de producción en el país contará con esa disminución.
Andrés Massieu Fernández, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (Anprac), señaló que la industria coincide con el gobierno en la necesidad de enfrentar los problemas de salud pública. "Reconocemos que es un problema complejo, multifactorial, que requiere la acción decidida de todos los sectores", afirmó.
Entre los compromisos acordados destacan la reformulación de bebidas para reducir azúcares, la introducción de nuevas presentaciones con porciones más pequeñas, el impulso a la oferta de productos bajos o sin calorías y la autorregulación de la publicidad dirigida al público infantil.
Con este pacto, el gobierno federal y las refresqueras buscan equilibrar la carga fiscal con medidas concretas que atiendan las preocupaciones de salud pública, sin poner en riesgo la estabilidad económica del sector. El resultado de este acuerdo marcará el rumbo de la política fiscal y sanitaria en torno al consumo de bebidas azucaradas en México.