Diario Regional El Mañana De Valles
Papás y bebé dormían en la calle

Papás y bebé dormían en la calle


Hace nueve meses, Pedro y Aymar arribaron a Monterrey, Nuevo León, procedentes de San Luis Potosí, con metas y esperanzas de una vida mejor, ella cargaba en su vientre a su bebé, un varoncito que nació el pasado 24 de junio en el Hospital Metropolitano.

Aunque en un principio la pareja encontró sustento gracias a una comerciante de útiles escolares que les dio trabajo, el encarecimiento de la vida en la zona metropolitana consumió rápidamente su presupuesto familiar, dejándolos en la calle.

Ante la falta de posibilidades para sustentar el arriendo de un cuarto de hotel, los padres de Pedrito de apenas unos días de nacido, se vieron obligados a dormir en una de las bancas de la Plaza La Purísima, en la zona Centro de Monterrey, en el caso del pequeño, al interior de una caja de cartón, improvisada como una cuna.

Tras varios días atravesando esas condiciones, su caso se hizo viral en redes sociales, lo que los llevó a obtener ayuda de vecinos de distintas partes de la zona metropolitana.

Uno de esos vecinos es el administrador de un negocio de comidas denominado ´Bunny Burguers´, el cual, incluso, les ha ofrecido a Pedro y a Aymar, la oportunidad de cumplir su meta más anhelada al llegar a Monterrey, tener su propio negocio.

En entrevista, el joven matrimonio señaló que no cuentan con papeles o identificaciones para registrar a su hijo, por lo que autoridades estatales ya se han acercado para brindarles asesoría y lograr así el registro del pequeño Pedro.

La pareja, originaria de Axtla de Terrazas, San Luis Potosí, sueña con que su negocio les dé la oportunidad de darle un hogar a Pedrito, donde pueda crecer tranquilo en la ciudad que lo vio nacer.

El pequeño Pedrito, quien nació en San Nicolás de la Garza, ha recibido ayuda, incluso, del Ayuntamiento.

Actualmente, la familia González Bustos tiene refugio en un reconocido comercio de comida, ubicado en el número 1325 de la calle Ruperto Martínez 1325, en el Centro de Monterrey.

La joven pareja, de 27 y 19 años de edad, señalan que, aunque las cosas no han sido sencillas desde su llegada a Monterrey, saben que este es un estado de oportunidades para quienes las buscan, además de que agradecen la bondad del corazón de los neoleoneses.

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