Indio Facundo inmortalizado
Falta aún un verdadero tributo a este personaje
Ninguna autoridad ha podido llevar a cabo algún homenaje o tributo al Indio Facundo, como lo hizo en su momento Héctor Domínguez con sus pinturas, murales y hasta estampas, mencionó Belem Altamirano Izaguirre, cronista del municipio, quien mencionó que este 18 de julio se conmemoró el aniversario luctuoso de este personaje icono vallense de origen hidalguense.
Se trata de Ernesto Díaz Cadena, mejor conocido como “El Indio Facundo”, quien falleciera un 18 de julio de 2007 en su domicilio particular de "Palma Sola", a los 85 años de edad, hoy a sus 14 años de haber dejado las calles de la zona Centro de Ciudad Valles, silenciadas sin su peculiar “Que le maten pollo, que le maten pollo”, se le recuerda su paso por estas tierras huastecas.
La cronista de Ciudad Valles menciona que se sabe que Ernesto Díaz Cadena (Indio Facundo) nació en el estado de Hidalgo el 7 de noviembre de 1922, cuando creció, sufrió la ausencia de sus padres quienes murieron por causas desconocidas.
Teniendo sólo 14 años de edad llegó a la Huasteca sur para ser precisos en el municipio de Tamazunchale, donde estuvo un tiempo trabajando de todo para poder subsistir, después conoció por palabras de viajeros que Ciudad Valles estaba en el desarrollo económico, así que decidió trasladarse para vivir en la Puerta Grande de la Huasteca Potosina.
Sin embargo, no se quedó en esta ciudad, ya que emigró a Reynosa, después a Matamoros, terminando en Monterrey su búsqueda de estabilidad económica.
Tras su regreso a estas tierras en los años 50’s se dedicó a cantar y bailar con su tradicional vestimenta que tenía un enorme penacho confeccionado por él mismo, se hacía de música a través de un tambor y una flauta, así como unas especies de cascabeles naturales que tenía amarrados a los pies, su pantaloncillos color rosa mexicano hacían llamar más aún la atención de los transeúntes de aquellas pequeñas calles de Ciudad Valles.
Aquí se casó con una mujer de nombre Rosa Alvarado, con quien tuvo la dicha de ser padre de dos varones de nombre Gerardo y Mario, aunque muchos ciudadanos lo recuerdan con su peculiar música, para otros que son más jóvenes no es bien sabido quién es, por eso el Muralista Héctor Domínguez decidió agregarlo dentro de su acervo artístico, donde ahora vive eternamente en murales y en pinturas dentro y fuera de algunos negocios, pero es importante que se le reconozca su trayectoria para futuras generaciones, ya que este día muy pocos lo recuerdan, lamentó.
