Diario Regional El Mañana De Valles
Crónica de una infracción y engaño

Crónica de una infracción y engaño

Mujer, se negó a descender de su moto


La mañana del domingo 14 de junio, la Policía Municipal detuvo a un motociclista que circulaba por la calle 5 de Mayo esquina con Guadalupe Victoria, el cual llevaba un remolque adaptado y además no contaba con los permisos como: licencia de conducir, tarjeta de circulación, placas, mucho menos del remolque, lo cual ameritaba una multa por falta de documentos, que permiten el libre tránsito.

Tras la aglomeración de personas y el bullicio de consignas por realizar su trabajo, llegamos al lugar y en la calle los elementos de la Policía Municipal solicitaban el apoyo vía radio frecuencia a sus colegas, temían que la situación se les saliera de control por las frases que lanzaba la multitud ahí presente, como supervisores del actuar de los agentes, ya que una acompañante del conductor se negaba a bajar de la unidad, situación que complicó la simple infracción vial que momentos antes habrían realizado, ya que se enteró que la unidad sería remolcada al corralón.

Enseguida acudieron dos unidades de la Municipal con una mujer agente de Tránsito, quien conminaba a la acompañante del infractor a descender de la unidad, para que no procediera de otra manera legal a efectuar el trabajo de la corporación.

Después de unas llamadas que realizó la señora y el acompañante que se identificaron como Cesar Rivera y Modesta Olvera, de la colonia el 21, quienes mencionaron se dedican a conseguir alimentos que se desechan en los mercados, para la cría de cerdos y el remolque fue adaptado facilitando el traslado, el cual aseguran tenían más de un año que lo hacían y hoy ‘extrañamente’ los detuvieron, “me había detenido la policía y sólo me pidieron que le pusiera luces, se las pongo y hoy me dicen que debe tener placas, la unidad la ocupo para trabajar, no delinquir”, argumentó Cesar Rivera.

Minutos después y con la tensión al límite llegó la grúa, así como familiares de Cesar y Modesta a tratar de arreglar el asunto, de inmediato un agente de Tránsito, de quien se desconoce su identidad les comentó que el remitirles la grúa era para “asegurar” el pago de la infracción, ya que no tenían algún documento o placa como garantía.

De inmediato, Cesar Rivera les dijo que si era así, entonces él no estaba negándose a pagar su multa, por lo que pidió informes al oficial y este le indicó que en la Presidencia se liquidaba la infracción, pues el señor pretendía hacerlo para evitar que se llevaran la unidad, pero otro oficial le susurraba al oído mientras le decía “la grúa ya llegó”.

Enseguida tanto un familiar como el propio Cesar Rivera, le propuso a la mujer descendiera de la unidad y que lo esperara, ya que irían pronto a Tesorería a realizar el pago ya que los oficiales le aseguraron que pagándola la unidad se liberaba, pero apenas cruzaron la calle Hidalgo y el grullero, apoyado de un oficial subieron la unidad y rápidamente desaparecían del lugar, mientras que la gente se encendió de nueva cuenta y lanzaba consignas, la mujer corrió con rumbo a la Tesorería Municipal para a dar aviso de lo que pasaba y cuando regresaron todos se habían retirado.

La multa ascendía a más de 2 mil pesos, pero con el pago oportuno saldría en 1,250, pero tendrían que pagar el arrastre de la grúa y los días que permanezca en el corralón, donde tendrían que presentar la documentación de la unidad que habrían adquirido en esta ciudad en años anteriores, a un joven que conocieron.

 

 

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